Nueva sala de Chat

jueves, marzo 23, 2006

Verano

Siempre voy a recordar este verano. En una de las interminables siestas de las vacaciones mi primo Julián y yo nos escapamos del aburrimiento en la playa cercana. La casa de veraneo de mis padres esta muy alejada y es difícil que haya otros turistas en el lugar. Por lo tanto, el mar y la arena son sólo nuestros. Tengo 13 años y Julián 15. El es el galán de la familia, rubio, ojos claros, alto y de físico marcado, piel muy blanca. Seducía a cualquiera con su desvergüenza. En cambio yo, aunque no me considero feo, soy un poco bajo, cuerpo liso, aunque delgado y algo morochito. Extremadamente reservado sólo con Julián me sentía a gusto. Me fascinan las luchas de catch por la tele. Y esta tarde, como muchas, Julián y yo jugábamos a la lucha libre en la playa desierta sólo vestidos con nuestros slips. De pronto comenzamos a forcejear. Gritos, revolcones, zamarreos. Nos fuimos dejando llevar. Comencé a sentirme perturbado pero a la vez excitado. Me erizaba al sentir el cuerpo de Julián rozándose contra el mío, abrazándome con su calor. Escuchaba su respiración agitada, sentía su olor corporal, los roces en mi entrepierna. Comencé a experimentar una tremenda erección. A pesar de mi corta edad ya me la había meneado varias veces en la soledad de mi cuarto pero, el miedo de ser descubierto, muchas veces frustro el soltar la primera leche. Mis manotones de defensa, mientras tanto, me hacían recorrer la marcada espalda del primo y muchas veces el culo y las piernas. Eso me encendía aún más. El también notó algo, pero seguía en la pelea. De pronto me interesó más el manosearle el culo y las piernas que el defenderme de sus golpes. Así me di cuenta que Julían también tenía una erección considerable debajo del slip. Mis manos comenzaron a recorrer y tocar todo el cuerpo del primo. Él mientras tanto me seguía apretando, con el peso de su cuerpo, contra el piso. De pronto se detiene y me mira a los ojos fijamente. Creí que mi corazón, hasta ese momento latiendo a mil, se iba a detener. Apoyó sus rodillas sobre mis brazos para inmovilizarme. Se bajó los slips y me ofreció su pedazo, enorme, bañado en líquidos preseminales:- ¡Cómela -me dijo- tragátela toda!Se inclinó sobre mí y me la metió en la boca. Comenzó a meterla y sacarla con movimientos de cadera. Yo estaba extasiado. Liberé mis manos y tomándole el culo se lo acariciaba y conducía hacia mi boca. Su pija me tocaba la garganta. Nunca creí que iba a sentir tanto placer. Mientras tanto mi verga parecía a punto de explotar.Julián me apartó de su sexo y me colocó boca abajo. Yo solo lo dejaba hacer. Me tomó de las caderas, las levantó y me bajó el slip. Su pene durísimo, lubricado por mi propia saliva, me recorrió la raya y jugueteaba con mi ano. Sentí como una fuerza interna parecía querer abrirlo a su gentil miembro. Empujó suave varias veces contra el orificio virgen y me lo metió. El dolor me hizo gritar horrores, sin embargo deseaba que no me la sacara nunca. Comenzó a embestirme sin soltarme las nalgas. Me zamarreaba, gemía, me hacía estremecer las carnes, me doblegaba, pero me hacía gozar como nunca. Mis manos cada tanto buscaban mi sexo, pero el las apartaba. Era el momento de él ahora.Finalmente acabó dentro mío. Acarició mi espalda y mis piernas y se tumbo boca arriba a mi lado. Yo seguía excitadísimo. Me arrojé encima y comencé a besarlo en la boca, en el cuello, acariciar su cuerpo y pegarlo al mío. Él me dejaba hacer mientras me contemplaba extasiado. Entonces me animé. Lo coloqué boca abajo, le bajé los slips y me tumbé encima. Comencé a bombearlo, intentando penetrarlo, aprisa, con desesperación. El me tomó las nalgas, pero en lugar de apartarme, me condujo a su orificio y se la metí de una vez. Comenzó a guiarme con sus manos en la embestida. Sus dedos apretándome las carnes me encendió todavía más. Desde mi posición veía su hermoso y blanco cuerpo, atravesado por mi negra herramienta. Sobre el piso contra la arena su cara angelical con los ojos entrecerrados que parecía pedirme que no dejara nunca de embestirlo. Bombeaba y me sentía viajando por el espacio. Estaba doblegando su hermoso cuerpo para satisfacerme. Entonces, sentí que estaba por acabar por primera vez. Él también lo notó. Me apartó y me tiró dejándome boca arriba. Con velocidad se tumbó para quedar con su cara entre mis piernas y se tragó mi pija chupándomela. Yo le acariciaba los rubios cabellos mientras sentía su lengua por todo mi sexo. Mi cuerpo se convulsionó y le descargué toda mi leche. Se la tragó y me limpió con la lengua lo que había derramado fuera. Ascendió por mi abdomen y atrapado por mis piernas me besó con pasión en la boca mientras sus fuertes brazos me abrazaban y acariciaban.Nos quedamos abrazados largo rato contemplando el mar, nuestro único testigo de aquella aventura siestera. Como se dice en la televisión esto recién comienza. No sé cómo llegamos a esto ni cuánto pueda durar. Sólo sé que las vacaciones de verano con mi primo no volverán a ser lo mismo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta como escribes. Pero anda, envía algún otro relato. Lo espero con impaciencia.
Besos.
tatojimi@telefonica.net

Anónimo dijo...

corta pero intensa... me ha gustado mucho... perfecta si lo que buscabas era que en tan poco tiempo acabe tan encantado... jeje un saludo

Anónimo dijo...

Muy buena historia, anímate a escribir en la sección de relatos gays de frikinternet.com!

Max dijo...

Como va? Pase por tu pagina y me sorprendieron los relatos. Me gusta la precision y el detalle con el que narras cada historia.
Saludos, Maxxi
Mi Parte del Aire

Courtney dijo...

Estan buenos tus relatos, para una pagina porno sin lugar a dudas. Saludos!